Propiocepción - Equilibrio

De manera inconsciente, los componentes de nuestras articulaciones (músculos, tendones y ligamentos) junto con la visión y el equilibrio envían todo el tiempo información al cerebro acerca de su posición con respecto a nuestro entorno. Esta información es la que le permite a nuestro cerebro fabricar las respuestas, dando como resultado la ejecución o realización de movimientos precisos. Toda esta información es la propiocepción, y la consideramos un sentido más de nuestro cuerpo.

La propiocepción, es un sentido de interocepción, gracias a él nuestro cerebro tiene conciencia del estado interno del cuerpo. Nuestro cerebro recibe la información propioceptiva través de diferentes receptores que se encuentran en nuestros musculos, tendones y articulaciones.

Con el trabajo propioceptivo podemos reeducar todas esas partes de nuestro cuerpo, para así favorecer las respuestas automáticas y reflejas.

Sin la propiocepción, en cierta medida, no podemos movernos. Por ejemplo, si no se en que posición se encuentra mi pierna o mi brazo , no sabré como tengo que moverlo para coger un vaso o dar una patada a un balón. Tampoco podrías adaptarte a los cambios de tu entorno. Si el cerebro no tiene información acerca del entorno, no podrá generar las respuestas adecuadas, provocando que no pueda por ejemplo, evitar una caida al tropezar por la calle.

Principalmente trabajamos la propiocepción a través de ejercicios de equilibrio, coordinación y cambios de superficies.

En esta sección encontrarás una multitud de materiales para trabajar la propiocepción como discos de equilibrio, balancines, pasillos, toboganes…